Estuve harto de todo.
Harto de mis pensamientos privados de imaginar.
Cansado hasta por los codos.
Harto del vaivén de mi sombra al andar.
Harto
de los libros.
Harto
del polvo y el moho que me hacen estornudar.
Cansado
de vivir y olvidar.
Harto
de vivir y recordar.
Estuve
harto de la guitarra.
De
mi voz y mis versos vacíos.
Harto
de la música del silencio.
Cansado
de las estrofas que trae el viento.
Estuve
harto de todo.
Harto
de la tristeza y la pasión.
Cansado
de oír que bajo la lluvia los besos son de amor.
Estoy
cansado de Paul.
Frío
de los Andes que me abriga.
Mi
salvación a la muerte es su cercanía.
Frío
de las noches me congelan.
Me
matan, me matan, me matan.
Errantes
que deambulan por Rancagua,
de
noche, y sin destino.
Locas
y fétidas las que desfilan por acá,
de
noche, y al trote, buscando falos.
Nieve
acerosa del valle que me harta.
Está
al lado, pero la veo.
Está
al lado, pero está lejos.
Está
lejos, pero mata.
Estuve
harto de la soledad.
Ya
por edad,
mi sombra
se fue.
Por
cansancio, soy Paul.
Una
de las putas del centro se arrastró a mí.
Se
asustó de mi mirada ausente.
Se
acercó de aburrida, de hartada.
Me
ofreció su mano sin destino,
y lo
que dije, lo arrastró el olvido.
Soy
loca y fétida, dijo.
Llueve
a mares y estoy harta, terminó por hablar.
Alma
gemela, fue mi sombra.
Fue
el hongo perdido entre libros,
el
que me hizo alucinar.
Fue
el trago dulce que me hizo amar,
mas
la sombra perdida de Paul reapareció,
para
matar.
Matar,
matar, matar.
Se
ahogó mi voz.
Desapareció
el vaivén de mi caminar.
Dejé
de ser.
Y
la miré allí, tirada en el suelo,
Y
en un último aliento,
la
puta dijo que su nombre era Mar.
Morir y matar no es la respuesta que buscas, ni la solución a sentirte harto. Morir y matar es la respuesta fallida de no luchar por lo que realmente somos.
ResponderEliminarIntenso, desalentador, y Paul estoy segura no quiere matar la Vida.
Para nada. Quiero vivir.
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