Luz en Sombra

Vas a buscarme el día que no esté allí.
Vas a perder tu tiempo buscando mis huellas,
el paso del tiempo.
Preguntarás mi nombre en las calles mudas
de ésta ciudad gris.
Darás con mis amantes y mirarán a un costado
cuando vean la foto rota que traes entre manos.

Son putas, debiste pagar por información.
Y, cuando hablaron,
dijeron de un demonio omnipresente
que duerme en los rincones más oscuros;
allá, donde las paredes son endebles y de colores verdoscuros.

No tengas miedo, pues, mujer,
y sal a dar un paseo buscando mi sombra envenenada.
¿No te envenenaste suficiente cuando eras mía?
¿No fuiste suficiente cómplice de mi enfermedad incurable?

Ahora que te contagié de mi locura
me buscas con recelo,
como mosca en un charco lleno de mierda.
Ahora que te convenciste de tu locura,
me buscas en desesperación.

Y, al fin,
Cuando esté frente a ti,
Te susurraré al oído canciones melancólicas 
que hablan del fin.
Que hablan del pozo interminable en que nos hemos convertidos.

Diré “buenas noches”
Diré “no estoy”
Diré “ya no soy”

Mirarás desconsolada después 
de que el tiempo haya sido tan rencoroso, 
tan bastardo con los dos, 
que querrás ser sombra para seguir mi camino. 
Mi expresión dará un vuelco,
Una pequeña mueca fingida,
Una mueca estudiaba,
Mueca bastarda.
Y diré “No”.

No quieres ser el Monstruo 
de guías nocturas, 
de placeres ocasionales, 
de pasos sin destino en el que me he convertido.

Date la vuelta y no mires hacia atrás.