Así olvidas tú

No comprendí cuán simpática caías.

Sólo interesaron curvas sin veredas,

veredas falsas infinitas que de inyecciones se erizaban,

apuntando al cielo.

¿Cuán simpática eras?

Se te vio danzando bajo techos rotos, pero danzando igual.

Y yo que dudaba de mis ganas.

Ahora entiendo que de atino me acerco,

como quien quiere dejar huella.

Pero para ti son sólo motivos para olvidar.

Mira tú, si el olvido llegara
¿caerías mal?

Y si el cielo bajara a la tierra a convertirse en océanos sin vida,

¿te darías cuenta, quizás?

Te aseguras un barco al lado de un hombre provechoso.

Y uno que siempre se pregunta qué hacen hombres bestias frente a una dama bonita.

¿Qué haré?

¿Traer el cielo al suelo para ver si así construye veredas conmigo?

Voy a llevarte de la mano para fondearnos en la boca del Lobo.

¿Es suficiente techo?

No tengo más, pero sonríes.

Sí, sonríes.